El pasado día 23 de septiembre Alberto Ruíz Gallardón
presentaba al Presidente del Gobierno su dimisión como Ministro de Justicia, al
tiempo que renunciaba también a su acta de Diputado en la Cortes y a todas sus
responsabilidades en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular. La razón
expresada por este es la retirada del anteproyecto de Ley del Aborto por falta
de consenso para su aprobación. De esta forma, el señor Gallardón ponía fin a
más de treinta años de dedicación plena al ejercicio político.
Al margen del debate popular que suscita la dimisión de un
persona tan arraigado en el marco político español desde hace varios años –considerando
la honorabilidad o no de su acto-, cabe, además, plantearse una pregunta
fundamental para comprender el curso de la actividad política en los próximos
meses. Y es que, ¿por qué –tras el apoyo incondicional que el presidente del
gobierno le ofreció en un primer momento- se ha tomado la decisión de retirar
un anteproyecto de ley que se presentó como la “reforma estrella”?¿Por qué se
recula con el tema del aborto y no con el de, por ejemplo, la Ley de Tasas?
Para dar una respuesta válida a estas preguntas habría que
ahondar de forma muy intensa en la estrategia política que el Partido Popular
ha venido desarrollando de cara a las próximas elecciones. Si de una parte el
anteproyecto ha suscitado tanta o más polémica de la prevista, su retirada conlleva
a una recuperación muy notoria de un gran número de votantes de centro. Y es
que el hablar de aborto lleva implícito el hablar de mujeres, lo que provoca,
sin duda alguna, que todo –o casi todo- el mundo se vea relacionado con el
tema, de forma más o menos directa. Por ello, el Partido Popular ha visto
menguado su respaldo electoral por parte de aquellos votantes que, no siendo ni
de izquierdas ni de derechas, ni PSoE ni del PP, si no que su voto oscila en
función de los programas electorales y las propuestas de los partidos, sí
tienen una hija, una hermana o una amiga que quizás, algún día, puedan
necesitar este tipo de atención sanitaria. De esta manera, el partido dirigente manejaba datos que
concluían que la retirada del anteproyecto de la Ley del Aborto podría
significar una recuperación de más de un millón cien mil votantes y una pérdida
de tan solo dos cientos mil.
El Partido Popular tuvo que haber concluido que este
movimiento en su estrategia política será determinante y favorecedor de cara a
recuperar la confianza de esos ciudadanos que se sentían en una disyuntiva
frente a este aspecto. Para ello fue necesario, sin duda, un análisis muy
profundo de la respuesta ciudadana ante él y de otras propuestas de su propio
partido. ¿Por qué no la Ley de Tasas, si ha generado también mucha polémica y
define la justicia para los que puedan pagarla? El gobierno, a estas alturas y
en estos tiempos, no puede permitirse retirar un proyecto que vaya a generar
tantos ingresos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario